El otro día una amiga del Facebook me pidió que subiera la receta del queso fresco casero que hago.
Bueno… pues… ¡aquí esta!
Este queso se hace 100% con leche fresca, no hace falta nada más. Su textura es muy cremosa y el sabor es parecido al de yogur. Muy, muy rico.
Este queso lo hacía mi abuela que vivía en una montaña ucraniana.
En ruso se llama “Tvorog”.
El tvorog se puede comer tal cual o emplearse en la elaboración de platos dulces o salados. Más adelante iré subiendo recetas sencillas para que podamos aprovechar todas sus cualidades, que son muchas.
Además, después de preparar el queso obtendremos suero de leche. Suero de leche tiene muchas propiedades. Es sanísimo para nuestro organismo pero, sobre todo, es buenísimo para cocinar: para hacer pan, crepes, quesos…
Apuntes sobre la recta.
Para la elaboración de queso vamos a necesitar leche fresca: bien de una vaquita-amiga que tengas o la leche entera que se vende embotellada: esa está en los frigoríficos de los supermercado y su fecha de caducidad es muy corta.
Con la misma cantidad de leche, nos saldrá más cantidad de queso hecho con leche casera que con la comprada. También nos saldrá con mayor porcentaje de grasa.
Con 4 litros de leche casera me han salido 650 gr de queso.
Ingredientes:
Leche entera de vaca
Explicación, paso a paso:
Para empezar hemos de verter la leche en una cazuela, taparla y dejarla en un lugar templado (cerca de los fogones de la cocina o de la vitrocerámica) para que cuaje.
En verano la leche suele cuajar muy rápido, de 12 a 24 horas pero en invierno puede tardar hasta 3 días. Pero vamos, todo depende de la temperatura que tengas en casa.
Cuanto más tiempo repose la leche cuajada, más ácida se nos vuelve y, por lo consiguiente, nuestro queso también. Por eso, si quieres obtener el queso con una acidez agradable, como la de yogur, tienes que preparar el queso en cuanto cuaje la leche.
La leche cuajada es como un bloque de gelatina ¡En ningún momento la removemos! Si removemos, el queso nos saldrá mas basto.
Mirad cómo al presionarla con el dedo se resiste.
He cogido una cucharada para que veáis su textura.
Ponemos la olla con la leche cuajada tal cual a fuego bajito y la calentamos hasta que el suero se separe del queso… observad que, por arriba, aparecen diminutas burbujitas (espumilla). ¡Pero en ningún momento permitimos que hierva!
Dejamos hasta que se enfrié por completo.
En un colador ponemos una gasa doblada o un paño y volcamos el queso.
Yo, debajo del colador, pongo la olla para recoger el suero de leche.
Hacemos una cabeza de queso y la colgamos durante unas 5 horas para que escurra.
(En vez de colgarlo, se puede poner encima del queso algún peso)
Pasado este tiempo, el queso ya se puede comer pero a mí me gusta meterlo otras 5 horas en la nevera, sin quitarle el paño, para que coja más cuerpo aún.
Una simple rebanadita de pan, una lonchita de este queso, una pizquita de sal rica tipo maldón por arriba… y estarás comiendo un manjar.