Es importante que la piel de limón no tenga la parte blanca porque es amarga.
Y añadimos 350 ml de leche. Los 150 ml restantes los reservamos para mezclar con la harina.
Ponemos la leche a fuego y la llevamos a ebullición. La vigilamos para que no se nos “escape”. En cuanto rompa a hervir, removemos y la retiramos del fuego.
Dejamos la leche tapada, infusionándose, unos 10-15 minutos.
En un recipiente echamos la harina, la sal y removemos.
Añadimos las yemas y un poco de leche restante.
Removemos muy bien.
Cuando dejes de ver los grumos, añadimos la leche restante.
Retiramos de la leche infusionada la canela y la piel de limón.
Añadimos la mezcla de harina.
Removemos muy bien.
Ponemos el cazo a fuego medio y cocemos la crema hasta que espese.
Hay que removerla todo el rato, sin parar, para evitar que se pegue a la cazuela.
Para remover yo recomiendo utilizar la espátula de lengua, o espátula de goma. Con ella es muy cómodo pasar por el fondo del cazo y así impedir que se pegue la crema.
Han pasados unos 6 minutos y la crema ha empezado espesar.
Si se ha formado algún que otro grumo, puedes apartar del fuego el cazo y deshacer un poco los grumos.
Hay quien recomienda pasara la crema por la batidora, para deshacerse de los grumos, pero yo no lo recomiendo porque se pierde la estructura.
Cuando tu crema tenga el espesor como el de la mía, retírala del fuego.
He tardado en cocerla unos 10 minutos pero es posible que tu necesites un poco más de tiempo o menos.
Cogemos un recipiente rectangular, yo voy a usar un tupper, y lo untamos con mantequilla o lo forramos con film transparente. Yo prefiero film transparente.
Vertemos dentro la crema.
La tapamos con film transparente, para que no se forme por arriba una costra, y la dejamos que se enfríe durante 30 minutos.
Ahora la guardamos en la nevera, para que se enfríe del todo y se endurece. La guardamos mínimo 2 - 3 horas pero si puedes, déjala allí de un día para otro.
Amigos, la nevera es donde no hay hielo...
Mi crema está totalmente solidificada y fría. Ha pasado en la nevera toda la noche.
Espolvoreamos una tabla o una fuente con harina.
Volcamos encima la crema. Retiramos el plástico.
La espolvoreamos con harina también por arriba.
Y la cortamos en trocitos.
Cogemos un trocito y la pasamos por harina.
En una sartén o cazo calienta el aceite. Puedes usar el aceite tanto el de oliva como el de girasol, el que tengas en casa.
Para saber si el aceite ya está listo para freír, puedes hacer esta prueba: coge un palillo de madera y sumérgelo en aceite. Si ves que alrededor del palillo aparecen las burbujas y la espumilla, entonces el aceite está listo para freír.
Cascamos los huevos.
Añadimos 1 pizca de sal.
Los batimos.
Pasamos por el huevo los trocitos de leche.
Recomiendo que antes de ponerlos en el huevo sacudes el exceso de harina.
Los freímos. Una vez hayan obtenido el color deseado los retiramos de la sartén.
Los ponemos en un plato cubierto con papel de cocina, para que absorba el aceite.
Con 0,5 L de leche me han salido 12 hermosos trozos de leche frita.
Mientras está todavía caliente la rebozamos en azúcar mezclado con canela.