Quitamos los huesos de las cerezas. Si no tienes un quitahuesos, ayúdate con un palito, un lápiz o la punta de un pincel, como lo hice yo
En un bol mezclamos mantequilla a temperatura ambiente (blanda) con azúcar.
Incorporamos 1 huevo, 1 yema y 2 cucharas de ron. Mezclamos.
Tamizamos a la mezcla 300 g de harina.
Amasamos hasta obtener una mezcla homogénea. Yo empiezo a trabajar la masa con una cuchara hasta integrar todos los ingredientes y luego sigo con las manos espolvoreadas con harina. Tapamos la masa con film trasparente y la dejamos a reposar media hora, mas o menos, en la nevera.
Preparamos el molde: lo untamos con mantequilla y lo espolvoreamos con la harina.
Dividimos la masa en dos partes (23 y 13).
Con la parte mas grande hacemos un círculo.
Forramos con el círculo, el molde. La masa tiene que sobresalir un poco por fuera de los bordes del molde. El fondo espolvoreamos con 50 g de almendra molida. Añadimos cerezas.
Por encima de las cerezas, repartimos la almendra molida sobrante (30 g).
Con la parte restante de la masa, hacemos otro círculo con el que tapamos el pastel. Este tiene que ser un par de centímetros más grande que el diámetro del molde. Pasamos el rodillo por los bordes del molde para cortar la masa sobrante.
Con los restos de la masa hacemos los adornos, si queremos. Pinchamos el pastel con un palillo.
Horneamos 1 hora a 170C en el horno previamente calentado al menos 20 min.