Deshuesamos las cerezas (para ver cómo hacerlo sin deshuesador de cerezas pincha aquí).
En un cazo echamos el agua y añadimos el azúcar. Ponemos a fuego medio y llevamos a ebullición.
Vertemos el almíbar obtenido por encima de las cerezas.
Añadimos canela y brandy. Removemos, tapamos con film transparente y dejamos macerando.
Engrasamos el molde con mantequilla y lo espolvoreamos con harina.
En un bol cascamos los huevos, añadimos azúcar y montamos a máxima potencia durante 7 minutos.
Añadimos harina y cacao. Con movimientos de abajo-arriba removemos la masa hasta dejar de ver partículas de harina y de cacao.
Ponemos la masa en el molde y horneamos a 180C (el horno ha de estar precalentado al menos 20 minutos) durante 20-25 minutos o hasta que al pinchar el bizcocho en el centro con un palillo este salga seco.
Lo sacamos del horno, esperamos 10 minutos, desmoldamos y lo enfriamos en una rejilla boca abajo.
Devolvemos el bizcocho al molde limpio y lo empapamos ligeramente con el almíbar de las cerezas.
Ponemos por encimas las cerezas.
Montamos la nata con azúcar. Añadimos el mascarpone y a la velocidad baja de la batidora lo integramos.
Ponemos la crema por encima de las cerezas.
Metemos la tarta en la nevera durante unas 8 horas.
Pasamos el cuchillo por el borde y con mucho cuidado desmoldamos la tarta.