Cocemos los huevos. Los enfriamos en agua fría y los pelamos.
Cortamos la cebolla en medias rodajas finas.
En una sartén con un chorrito de aceite de oliva pochamos la cebolla, a fuego suave, durante unos 8-10 minutos.
Añadimos tomate y sofreímos todo 1 minuto.
Añadimos el vino y cocemos, a fuego moderado, durante unos 8 minutos mas.
En un cazo, a fuego moderado, derretimos la mantequilla y añadimos la harina. La rehogamos 1 minuto, sin parar de remover ni un instante.
Añadimos leche fría (!), toda de golpe, y removemos sin parar. Cuando la salsa empiece a burbujear (tardará en arrancar unos 10 minutos), seguimos cociéndola durante 30 segundos más sin parar de remover. La salpimentamos, añadimos 1 pizca de nuez moscada y la retiramos del fuego.
Ten cuidado de no pasarte con la nuez moscada. De lo contrario luego los huevos sabrán solo a nuez moscada; también la puedes omitir.
Añadimos a la bechamel parmesano rallado y removemos.
Mezclamos bechamel con cebolla...
... y cubrimos con la salsa los huevos.
Los espolvoreamos con queso...
... y los gratinamos debajo del grill durante unos 10-15 minutos.