En una sartén, a fuego bajo, derretimos la mantequilla y la calentamos hasta que se vuelva marrón (empezará a oler ligeramente a nuez). Retiramos la espumilla que se formé por arriba.
La colamos y dejamos que se enfríe a temperatura ambiente.
Con ayuda de un molinillo de café, o con una picadora, trituramos los pistachos.
En una fuente mezclamos harina, pistachos y té verde.
Untamos con mantequilla y espolvoreamos con harina el molde de 20-22 cm.
En un bol montamos las claras.
Cuando las varillas empiecen a dejar marcas, añadimos el azúcar glas (yo hago el azúcar glas triturando el azúcar con el molinillo de café).
Seguimos montando 3-4 minutos más y paramos.
Añadimos a las claras la mezcla de harina, pistachos y té. Con cuidado y con movimientos de arriba a bajo mezclamos todo muy bien. Sin prisas.
Añadimos la mantequilla y volvemos a mezclar igual que antes.
Ponemos la masa en el molde untado con mantequilla y espolvoreado con harina.
La enfriamos durante 30 minutos en la nevera.
Pasados 10 minutos encendemos el horno a 170C para que se vaya calentado 20 minutos.
Horneamos el bizcochito 25 minutos o hasta que al pincharlo en el centro con un palillo este salga seco.
Una vez que lo hemos sacado del horno, esperamos 5 minutos, lo desmoldamos y los depositamos en una rejilla para que se vaya enfriando.
Una vez frió, lo untamos con mermelada.
Ponemos por encima las fresitas y, si queremos, espolvoreamos los bordes con pistachos troceados.