Pelamos la zanahoria y la cortamos en trozos de unos 2 centímetros de largo. Pelamos y picamos finamente el ajo y el jengibre. Cortamos finamente la cebolla.
Rebozamos con harina los trozos de carne.
En una sartén grande derretimos a fuego moderado la mantequilla y añadimos un chorrito de aceite.
Sacudimos muy bien los restos de harina y doramos la carne por los dos lados. Unos 2 o 3 minutos por cada lado.
Pasamos la carne a una olla. En la misma sartén rehogamos durante unos 5 minutos el ajo, la cebolla y el jengibre.
Añadimos 300 ml de vino tinto y 300 ml de agua. Llevamos a ebullición.
Lo echamos por encima de la carne. Añadimos la hoja de laurel, las ramitas de tomillo, la sal, los granos de pimienta negra y la zanahoria.
En cuanto rompa a hervir, hacemos el fuego bajo y cocinamos alrededor de 2 horas. La olla la tendremos ligeramente entreabierta. Cada 20-30 minutos removemos, miramos qué tal va nuestro estofado.
Pasadas 1 hora y media prueba un trocito de carne para ver qué tal está. Si la salsa se ha reducido demasiado añade un poco más agua. Si ves que la carne ya casi está hecha pero hay demasiada salsa, para que vaya reduciendo los últimos 15-20 minutos cocina con la olla destapada. Al final rectifica de sal.