Encendemos el horno a 190C, con calor de arriba y abajo, sin ventilador. El horno tiene que estar precalentado al menos 20 minutos.
Preparamos el molde.
Separamos las claras de las yemas.
Añadimos a las yemas 60 g de azúcar...
... y las montamos, a máxima potencias, 3 minutos...
En un bol montamos las claras, a máxima potencia.
Cuando las varillas empiecen a dejar las marcas, añadimos el azúcar restante.
Montamos 1 minuto más (1 minuto de reloj) y paramos. En total, para montar las claras no tardaremos más de 2-2,5 minutos.
Añadimos las yemas a las claras.
Mezclamos con movimientos de arriba abajo, con cuidado y sin prisas, hasta que todo sea de un solo color. Yo mezclo con una cucharada sopera normal.
Tamizamos la harina.
Mezclamos, igual que antes, hasta dejar de ver las partículas de harina.
(En el caso de que quisiéramos añadir mantequilla, sería ahora, antes de poner la masa en el molde. Por ejemplo para este bizcocho serían 25 g de mantequilla derretida y enfriada a temperatura ambiente. La echaríamos por el borde y con mucho cuidado mezclaríamos la masa)
Ponemos la masa en el molde y la alisamos.
Horneamos 30-40 minutos (yo lo horneo en la primera balda contando desde abajo). Vigilando.
Pasados 25 minutos pincha en el centro del bizcocho con un palillo, si este sale seco entonces ya esta, si no horneamos un poco más. En mi horno tarda 35 minutos.
Esperamos 5 minutos lo sacamos del molde (pasando con un cuchillo por el borde) y lo enfriamos en una rejilla. Lo ponemos boca bajo para que luego no tenga mucha panza.
Después de hornear, se recomienda reposar el bizcocho 8 horas antes de su uso.
Mi bizcocho tiene 6 cm de alto. Hace un año no me subían más de 5. Eso se debía a que después de añadir el azúcar, no montaba las claras durante 1 minuto. Y también, a veces, los hacia con harina de fuerza. Pensaba que una harina es harina y ya. Y estaba equivocada.